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En la línea estética de Rocket, 2-Phole, Pulse 2 o Blofeld, Waldorf Streichfett es un módulo versátil que revisita el concepto ‘string machine’ y sus reminiscencias setenteras desde la óptica de las posibilidades tecnológicas actuales. Otra apuesta curiosa desde Waldorf.
Inmediatez y manejo sencillo desde sus propios controles, y excelentes posibilidades de control y automatización vía MIDI, pero sobre todo un sonido que convence en la recreación de la memoria que representa, la aumenta con posibilidades nuevas, y destaca siempre por una limpieza que supone una excelente novedad respecto a los inseparables problemas de ruido (y de tamaño y peso, ya puestos) que acompañaban a sus predecesores.
Un auténtico conquistador para los que añoran esa parte de los sonidos de los 70s y para los que deseen contar con pads y colchones densos sin complicaciones. Es fácil caer subyugado por sus aromas, y a menos de 250€ se trata de perfume a precio de colonia.
No es novedad que Waldorf obtenga buenos resultados en materia de filtrado. Sí lo es la idea de parir un ‘strings’ renovado desde la tecnología disponible hoy, y han acertado. Aquí tenemos también polifonía total, dispuesta a interpretar un macrocluster de 128 teclas llegado el caso. Me ha sorprendido la variedad tímbrica, esperaba un alcance bastante más limitado. Por sus controles desfilan cuerdas, sonidos vocálicos, metales, órganos,… que incluso se combinan.
En alemán ‘fett’ significa grasa, y ciertamente con los ‘strings’ mejor cuanto más mantecosos y engrosados. Los sonidos de Streichfett pueden ser en sí mismos enormes, resultado de la combinación de varias sonoridades base (voces+cello+órgano, por ejemplo) y aumentadas con la riqueza de efectos ensemble, chorus, phaser, reverb, y animate (más adelante describimos este último). Y fijaos bien: he dicho ‘Y’ y no ‘O’: esos efectos pueden estar ocurriendo de forma simultánea y gobernados con ajustes diferentes de velocidades e intensidades de modulación llegando a diluir los ciclos individuales que los animan. Incluso tocando de forma estrictamente monofónica, Streichfett se las apaña, si así se desea, para crear una densa superposición y una complejidad sonora encomiables.
Realmente Streichfett tiene una doble personalidad. Es una máquina de cuerdas con polifonía total junto a la que se encuentra una sección de 8 voces de polifonía llamada ‘solo’ y capacitada para sonidos simples pero efectivos como contraste/complemento a la sección cuerdas. La presencia de uno frente a otro se regula desde la comodidad de un controlador ‘balance’ dedicado.
Todos los demás controles son igual de sencillos e instantáneos. Cierto es que una sección ‘solo’ también aparecía en varias string machines clásicas, pero generalmente monofónica y más limitada.
Como ya nos ocurría con el control de ‘tremolo’, jugando desde un único control depth desplegamos una acción combinada sobre varios parámetros del efecto elegido. Velocidad y propfundidad de LFO en el caso de animate; velocidad, profundidad y realimentación del phaser; mezcla wet/dry, tamaño de sala y amortiguación en el caso de la reverb.
Pese a existir un conmutador que selecciona entre reverb, phaser y animate, realmente estos tres efectos se aplican de forma simultánea. Tras elegir uno de ellos, mover el potenciémetro ‘depth’ terminará de ajustar el carácter de cada efecto. Para eliminar alguno de estos efectos será necesario seleccionarlo y girar ‘a cero’ el control de profundidad.
Es destacable la limpieza de los efectos. Incluso emsemble y phaser, que en la tecnología BBD con la que se acostumbraban a crear en los 70s y 80s eran muy propensos a ruido y distorsión, suenan limpios y a la altura de las exigencias actuales.
La reverb funciona muy correctamente en este ámbito de sonidos colchón. El phaser es igualmente rico. Brillante es la idea del efecto ‘animate’, que realiza una modulación del control ‘registration’, de forma que en lugar de mantener un sonido fijo se puede estar continuamente variando entorno al punto definido por ‘registration’. Excelente aplicarlo en la zona de los registros de vocales: cualquier vocal suena artificial si está congelada, y esta animación puede impartir el movimiento necesario para hacerla más orgánica y creíble.
Los 12 primeros mensajes de cambio de programa se pueden usar para seleccionar entre esos 12 sonidos. Destacar que a diferencia de Rockit, aquí todos los controles, incluso los conmutadores, generan MIDI y pueden ser automatizados, así que el sonido es 100% automatizable, sin intervención manual.
La implementación MIDI es muy completa y abierta a una automatización profunda o a poder usar controladores de todo tipo. Cara al uso en producciones y entornos DAW, Streichfett puede enviar mediante mensajes MIDI SysEx la programación de cualquier sonido y los retoques que hagamos de los pots y conmutadores pueden grabarse como controladores (CCs) para automatizar los cambios. Para el uso en vivo se dispone de 12 memorias (3 bancos de 4 sonidos) donde cada usuario puede dejar registrados otros tantos sonidos.
La salida audio es estéreo, hay salida dedicada de auriculares, y contamos con USB MIDI, y MIDI DIN5P In y Out. A diferencia de lo que sucedía en Rocket (¡menos mal!) aquí el potenciómetro de volumen no actúa sólo sobre los auriculares sino también sobre la salida principal.
Hay espacio suficiente para una cómoda actuación de todos los controles y su tacto y firmeza son excelentes.
Los volcados (sysex dumps) pueden ser tanto del contenido completo de los 12 sonidos memorizados como de uno de ellos, o incluso del sonido que tengamos ‘en uso’ aunque no esté memorizado en esas 12 celdas. Por cierto, volcar un sonido es un mensaje sysex de sólo 32 bytes, no una dilatada cadena interminable.
El consumo de sólo 80mA y la alimentación a 5V hacen factible evitar el uso de alimentadores ‘robando’ la energía del bus USB (ni siquiera un iPhone se quejará por entregar esos miserables 80mA) pero viene incluido un alimentador externo en la caja.
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En la línea estética de Rocket, 2-Phole, Pulse 2 o Blofeld, Waldorf Streichfett es un módulo versátil que revisita el concepto ‘string machine’ y sus reminiscencias setenteras desde la óptica de las posibilidades tecnológicas actuales. Otra apuesta curiosa desde Waldorf.
Inmediatez y manejo sencillo desde sus propios controles, y excelentes posibilidades de control y automatización vía MIDI, pero sobre todo un sonido que convence en la recreación de la memoria que representa, la aumenta con posibilidades nuevas, y destaca siempre por una limpieza que supone una excelente novedad respecto a los inseparables problemas de ruido (y de tamaño y peso, ya puestos) que acompañaban a sus predecesores.
Un auténtico conquistador para los que añoran esa parte de los sonidos de los 70s y para los que deseen contar con pads y colchones densos sin complicaciones. Es fácil caer subyugado por sus aromas, y a menos de 250€ se trata de perfume a precio de colonia.
No es novedad que Waldorf obtenga buenos resultados en materia de filtrado. Sí lo es la idea de parir un ‘strings’ renovado desde la tecnología disponible hoy, y han acertado. Aquí tenemos también polifonía total, dispuesta a interpretar un macrocluster de 128 teclas llegado el caso. Me ha sorprendido la variedad tímbrica, esperaba un alcance bastante más limitado. Por sus controles desfilan cuerdas, sonidos vocálicos, metales, órganos,… que incluso se combinan.
En alemán ‘fett’ significa grasa, y ciertamente con los ‘strings’ mejor cuanto más mantecosos y engrosados. Los sonidos de Streichfett pueden ser en sí mismos enormes, resultado de la combinación de varias sonoridades base (voces+cello+órgano, por ejemplo) y aumentadas con la riqueza de efectos ensemble, chorus, phaser, reverb, y animate (más adelante describimos este último). Y fijaos bien: he dicho ‘Y’ y no ‘O’: esos efectos pueden estar ocurriendo de forma simultánea y gobernados con ajustes diferentes de velocidades e intensidades de modulación llegando a diluir los ciclos individuales que los animan. Incluso tocando de forma estrictamente monofónica, Streichfett se las apaña, si así se desea, para crear una densa superposición y una complejidad sonora encomiables.
Realmente Streichfett tiene una doble personalidad. Es una máquina de cuerdas con polifonía total junto a la que se encuentra una sección de 8 voces de polifonía llamada ‘solo’ y capacitada para sonidos simples pero efectivos como contraste/complemento a la sección cuerdas. La presencia de uno frente a otro se regula desde la comodidad de un controlador ‘balance’ dedicado.
Todos los demás controles son igual de sencillos e instantáneos. Cierto es que una sección ‘solo’ también aparecía en varias string machines clásicas, pero generalmente monofónica y más limitada.
Como ya nos ocurría con el control de ‘tremolo’, jugando desde un único control depth desplegamos una acción combinada sobre varios parámetros del efecto elegido. Velocidad y propfundidad de LFO en el caso de animate; velocidad, profundidad y realimentación del phaser; mezcla wet/dry, tamaño de sala y amortiguación en el caso de la reverb.
Pese a existir un conmutador que selecciona entre reverb, phaser y animate, realmente estos tres efectos se aplican de forma simultánea. Tras elegir uno de ellos, mover el potenciémetro ‘depth’ terminará de ajustar el carácter de cada efecto. Para eliminar alguno de estos efectos será necesario seleccionarlo y girar ‘a cero’ el control de profundidad.
Es destacable la limpieza de los efectos. Incluso emsemble y phaser, que en la tecnología BBD con la que se acostumbraban a crear en los 70s y 80s eran muy propensos a ruido y distorsión, suenan limpios y a la altura de las exigencias actuales.
La reverb funciona muy correctamente en este ámbito de sonidos colchón. El phaser es igualmente rico. Brillante es la idea del efecto ‘animate’, que realiza una modulación del control ‘registration’, de forma que en lugar de mantener un sonido fijo se puede estar continuamente variando entorno al punto definido por ‘registration’. Excelente aplicarlo en la zona de los registros de vocales: cualquier vocal suena artificial si está congelada, y esta animación puede impartir el movimiento necesario para hacerla más orgánica y creíble.
Los 12 primeros mensajes de cambio de programa se pueden usar para seleccionar entre esos 12 sonidos. Destacar que a diferencia de Rockit, aquí todos los controles, incluso los conmutadores, generan MIDI y pueden ser automatizados, así que el sonido es 100% automatizable, sin intervención manual.
La implementación MIDI es muy completa y abierta a una automatización profunda o a poder usar controladores de todo tipo. Cara al uso en producciones y entornos DAW, Streichfett puede enviar mediante mensajes MIDI SysEx la programación de cualquier sonido y los retoques que hagamos de los pots y conmutadores pueden grabarse como controladores (CCs) para automatizar los cambios. Para el uso en vivo se dispone de 12 memorias (3 bancos de 4 sonidos) donde cada usuario puede dejar registrados otros tantos sonidos.
La salida audio es estéreo, hay salida dedicada de auriculares, y contamos con USB MIDI, y MIDI DIN5P In y Out. A diferencia de lo que sucedía en Rocket (¡menos mal!) aquí el potenciómetro de volumen no actúa sólo sobre los auriculares sino también sobre la salida principal.
Hay espacio suficiente para una cómoda actuación de todos los controles y su tacto y firmeza son excelentes.
Los volcados (sysex dumps) pueden ser tanto del contenido completo de los 12 sonidos memorizados como de uno de ellos, o incluso del sonido que tengamos ‘en uso’ aunque no esté memorizado en esas 12 celdas. Por cierto, volcar un sonido es un mensaje sysex de sólo 32 bytes, no una dilatada cadena interminable.
El consumo de sólo 80mA y la alimentación a 5V hacen factible evitar el uso de alimentadores ‘robando’ la energía del bus USB (ni siquiera un iPhone se quejará por entregar esos miserables 80mA) pero viene incluido un alimentador externo en la caja.
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Ref. STREICHFE-WALDORF
EAN
De Michel Vasse
Me ha sorprendido este módulo. Tengo cantidad de sintetizadores vintages y este módulo actual no me ha defraudado. Suena increiblemente bien e imita a la perfeccion los Strings machine de antaño que añado tuve en su momento.