La superficie tratada con chorro de arena, varias técnicas de martillado y la diferencia de peso notable entre los platos superior e inferior, se combinan para crear un sonido inconfundiblemente crujiente y articulado
La superficie tratada con chorro de arena, varias técnicas de martillado y la diferencia de peso notable entre los platos superior e inferior, se combinan para crear un sonido inconfundiblemente crujiente y articulado